No ver para creer, sino creer para ver

¿Es posible creer para ver? Seguro que si eres como yo, has oído alguna vez el dicho “ver para creer”. Es algo que nos enseñan nuestros padres, profesores y compañeros cuando somos niños. Desde la infancia has sido víctima de una programación cultural que ha determinado lo que crees o no crees que es posible. Esta mentalidad limitada crea un ciclo que se auto-perpetúa y que es difícil de romper.

Por ejemplo, recuerdo que cuando era un adolescente rebelde, una de mis canciones favoritas era “Las Circunstancias Me Hacen Lo Que Soy” (Circumstances make me what I am) de Buju Banton. Al crecer como un niño negro pobre en una ciudad urbana atribuía todas las desgracias que tenía a mi raza y posición social, el niño negro pobre. Era lo que creían todos mis amigos, es lo que mis padres atribuían como causa de su falta de riqueza. Todo lo que podía ver era pobreza y carencia y como en aquel momento sólo creía en lo que podía ver, no podía “ver” ninguna manera de cambiar, ninguna manera de romper este ciclo que se perpetuaba. Pero, ¿qué habría pasado si hubiera podido “creer” en mi salida de la pobreza cuando era un adolescente?

Nuestra falsa forma de pensar

Se atribuye al filósofo griego Aristóteles la creación de los fundamentos de nuestra conocida lógica clásica. ¿Sabías que antes de Aristóteles la gente creía que cualquier cosa que fuera cierta en el pasado, también tenía que serlo hoy? Aristóteles introdujo en el mundo occidental la idea de que las cosas no son verdaderas ni falsas hasta que pueden verificarse mediante hechos reales (objetivarse). Primero hay que verlo para creerlo.

La idea de que tenemos que esperar a que algo ocurra para poder verificarlo como verdadero o falso es la base de los resultados lógicos, que afirman que las cosas pueden ser “A” o “B”, pero no “A” y “B” al mismo tiempo.

Consideremos las palabras del famoso místico Neville Goddard, que afirma:

“Todas las cosas existen, todas las cosas en la eternidad existen en tu imaginación humana y existen ahora”.

Entonces, es claro ver el conflicto del pensamiento lógico y el pensamiento espiritual. Podemos ver claramente que el punto de vista de los primeros iniciados y místicos es que “A” y “B” existen simultáneamente.

Ahora, volvamos a la lección de ciencia. En la primera revolución científica, Aristóteles y sus colegas fueron capaces de verificar sus nuevos conceptos a través de experimentos y luego sus teorías se extendieron por toda la sociedad occidental. Este paradigma caló en nuestra cultura y se convirtió en parte del sistema de creencias de la sociedad.

Sin embargo, a finales del siglo XIX este paradigma se hizo añicos. El experimento de Mickelson y Morley dio origen a una nueva revolución científica, la “Física Cuántica“. Hasta entonces, la Física Clásica, incluidas las filosofías de Aristóteles, se consideraba ley y los principales científicos de la época tenían una fe sin reservas en sus principios. Sin ahondar en el experimento y las circunstancias que lo rodearon (consulta nuestros artículos sobre física cuántica si deseas obtener más información), se puede afirmar que la Física Clásica fracasó y que, en consecuencia, toda la comunidad científica de 1887 tuvo que volver a empezar,  volver a la mesa de dibujo. La ciencia en su conjunto tuvo que descubrir una nueva forma de definir cómo funciona nuestro universo.

Por fin se desvela la verdad

Desde finales del siglo XIX hasta hoy, la Física Cuántica no sólo ha resuelto la mayoría de los misterios de nuestro universo, sino que ha demostrado continuamente ser la ciencia más precisa y fiable de la historia. El aprovechamiento de la energía atómica, innovaciones como el teléfono inteligente, Internet, la aviación y los viajes espaciales, por nombrar sólo algunas, deben su creación y avances a la ciencia cuántica.

Un punto importante que hay que saber sobre la Física Cuántica es que nos dice que todas las posibilidades están presentes y son inherentes ahora mismo. Las cosas no son A o B, sino que van de la A a la Z. También afirma que las cosas no tienen por qué aparecer en una secuencia lineal, ya no tenemos que esperar a que algo se materialice para abrazar plenamente todas las posibilidades potenciales. A través de nuestra imaginación, nuestra conciencia, podemos centrarnos en cualquiera de las infinitas posibilidades que existen y, mediante una expectativa persistente y entrenada, materializarlas en nuestra experiencia. En pocas palabras, esta nueva premisa científica significa que ya no tenemos que ver para creer. Podemos creer para ver.

Está claro lo poderoso que sería este nuevo paradigma, piensa en lo que podrías conseguir si realmente pudieras aplicar este principio en tu vida, imagina que si quisieras algo en tu vida todo lo que tuvieras que hacer es creer que ya lo posees y lo tendrás. Hay una escritura en la biblia que dice “Cuando ores, cree que has recibido, y recibirás”. De repente, este versículo bíblico, si se interpreta desde un aspecto metafísico, adquiere un significado totalmente nuevo.

La cita anterior de Neville Goddard se basaba en un principio cósmico eterno y ahora los recientes avances científicos apoyan gran parte de sus enseñanzas.

Durante mucho tiempo, la cultura occidental en particular ha estado encerrada en la creencia obstinada, aunque inexacta, de que nuestros resultados seguirán una secuencia lógica derivada de los acontecimientos que los preceden. Durante tanto tiempo se ha partido de la premisa de que había que ver las cosas antes de aceptarlas como reales. Todo el tiempo sin darnos cuenta de que todas las posibilidades están presentes y son inherentes ahora mismo, en este momento.

Nuestra conciencia está continuamente creando nuestras experiencias. Al entrar en un “estado” de imaginación y, lo que es más importante, al creer que esta realidad subjetiva se materializará, esto ocurrirá. Si realmente puedes aceptar este concepto y tener la fe como la escritura bíblica nos instruye, podemos trascender cualquier limitación actual en la que nos encontremos. Al principio de este artículo, mencioné las viejas creencias que tenía sobre mi entorno; durante años estuve encerrado en un estado que reflejaba mis creencias. Afortunadamente, más tarde, fui capaz de escapar de la pobreza, a través de mi imaginación y la creencia en un nuevo estado subjetivo.

Una idea más. Todos los textos antiguos hablan de la fe como la clave para manifestar cualquier cosa que deseemos, definen la fe como la creencia en una realidad subjetiva invisible. La palabra fe tiene sus raíces en la palabra latina fidere, que significa “confiar”. Se define como “creencia firme en algo para lo que no hay pruebas”. Constantemente se nos dice que hay que ejercer la fe para experimentar milagros. ¿No es lo mismo que creer para ver? No puedo llegar a otra conclusión.

El reto para ti

Si has leído este artículo hasta aquí, seguro que te intriga la idea de que a través de los pensamientos, los sentimientos y las creencias puedes crear tu realidad. La física cuántica tiene algunos paralelismos sorprendentes con la metafísica y las leyes cósmicas. Es por eso que creo que esta era de Acuario es un momento realmente emocionante para la raza humana en su conjunto. Hay un despertar masivo sucediendo en este momento y cuando aplicas este conocimiento puedes realmente experimentar milagros para ti y tus seres queridos.

Sin embargo, tu mente intelectual tiene un control muy fuerte, ¡después de todo ha estado a cargo la mayor parte de tu vida! Para liberarte, probablemente tendrás que convencer a tu mente de que esta ciencia cuántica no es una charlatanería de la nueva era. Así que, si todo esto es nuevo para ti, te animo a que investigues más sobre este tema. Para obtener una visión más profunda tenemos bastantes más artículos sobre este tema; también hay un par de libros que recomiendo encarecidamente leer: “En busca del gato de Schröndiger” (In Search of Schrondiger’s Cat) de John Gribben y “¿Y tú qué sabes? (What the Bleep Do We Know?) de William Arntz son dos excelentes libros para empezar. No son demasiado “profundos”, pero proporcionan suficiente información para que cualquiera se familiarice con las ideas de la Física Cuántica y su aplicación práctica. Cuantos más conocimientos adquieras, más reforzarás tu creencia en las leyes cósmicas y más confianza tendrás para aplicarlas a su vida.

Conclusión

Si alguna vez tienes dudas, por favor recuerda: la ciencia más exacta conocida por la humanidad, la Física Cuántica, afirma que nosotros, el observador, la conciencia, el YO SOY, influimos en el mundo material a través de nuestras creencias y expectativas. Somos co-creadores en nuestra experiencia de vida. La ciencia confirma que “podemos creer para ver”.

En el momento en que respiraste por primera vez se te infundió la mayor fuerza del universo: el poder de traducir las posibilidades de tu mente en la realidad de tu mundo. Despertar plenamente este poder latente requiere, sin embargo, un cambio sutil pero profundo en la forma en que te ves a ti mismo en la vida, un cambio en el concepto que tienes de ti mismo.

¿Puedes aceptar que no es lo que ves lo que crees; sino lo que crees lo que ves? Te reto a que aceptes este nuevo concepto liberador y lo pongas a prueba, porque una vez que hagas este cambio, experimentarás tu amor más grande, tu sanación más íntima y tus milagros más profundos.

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Traducido al Español por Isa Meza | www.vidaaqui.com

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