EL SECRETO PARA SUPERAR EL FRACASO
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¿Qué haces cuando intentaste manifestar algo y no pasa nada? Tal vez has estado practicando diligentemente la revisión cada noche con el fin de lograr tu resultado deseado. Pero en lugar de manifestar tu meta, las cosas parecen empeorar. ¿Quieres renunciar, sientes que quieres rendirte? Has invertido tiempo y esfuerzo mental imaginando tu deseo cumplido y dices: “Aún no hay mejoría”. Encima de eso, tu crítico interno, alentado por el retraso percibido, ahora está desatado, tratando de convencerte de abandonar “esas cosas de la imaginación”. No obtener el resultado deseado es frustrante, y si actualmente practicas la Ley de la Asunción y estás experimentando frustraciones y contratiempos, sigue leyendo.
El fracaso parece ser el tema tabú para la mayoría de vloggers, bloggers e influencers. Es el tema que todos esos supuestos “expertos en autoayuda” parecen evitar. Sin embargo, parte del proceso para volverse competente en la imagen creativa significa que, en algún momento, ciertamente vas a experimentar fracaso. Sin embargo, en mi intento de animar a todos a abrazar y despertar el potencial de su imaginación, me siento obligado a abordar el tema y, más importante aún, compartir mis experiencias sobre cómo afronté y superé el fracaso en el pasado. Verás, tu capacidad para recuperarte e intentarlo de nuevo después de los contratiempos es clave para lograr, en última instancia, el crecimiento y el éxito.
“Mis muchos fracasos me condenarían si insinuara que he dominado por completo los movimientos de mi atención. Pero puedo, con el maestro antiguo, decir:
‘Esto hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome hacia lo que está delante, prosigo hacia la meta por el premio’.”
— Neville Goddard, Serie de Clases 1948
Siempre abogo por el aspecto práctico de las enseñanzas de Neville. Por paradójico que parezca, creo que es a través de la práctica y de cometer errores que realmente se progresa más. Quedarse al margen y solo estudiar te dará, en el mejor de los casos, una comprensión académica de tu verdadero potencial. Solo sumergiéndote en el aspecto práctico de la Ley obtendrás verdadera comprensión. En retrospectiva, creo que mis intentos fallidos de manifestar cosas en el pasado me han enseñado mucho más que mis éxitos.
“Solo llegamos a conocer las cosas que intentamos dominar haciéndolas. Los pasos hacia la maestría suben una larga colina llena de obstáculos, y cada uno que se enfrenta y se supera aumenta tu comprensión.”
— U.S. Andersen
UNA LECCIÓN DE MI HIJO
“Pero, curiosamente, aunque no sea grave, pasaré por ciertas pruebas, ciertos desengaños, ciertas demoras que no puedo comprender del todo, pero cuando llegue al final, y el final llegue de repente y mi deseo se cumpla, veré que todo estaba en orden… todo estaba en orden.”
— Neville Goddard
Hace unos años, yo había estado “intentando” manifestar un Mercedes AMG en particular. Lleno de entusiasmo, había estado visualizando conducir mi coche soñado durante unos 6 meses. Recuerdo abrir el correo en mi bandeja de entrada diciendo que la financiación para mi coche había sido aprobada. Sin embargo, mi alegría fue efímera. Justo cuando pensé que ya tenía el coche asegurado, la compañía financiera llamó una semana después y dijo que había aparecido algo en mi historial crediticio y que la oferta de financiación se retiraba. No iba a conseguir mi coche soñado después de todo. Estaba destrozado. “Esto no se supone que pase”, pensé. “¿Qué demonios? Esto no es como funciona lo de manifestar”. Inmediatamente comencé a cuestionar la credibilidad de esta ley y las dudas empezaron a correr como locas en mi cabeza.
Casualmente, esa misma noche me tocaba ayudar a mi hijo con su tarea de matemáticas. Nos sentamos juntos y empezamos a repasar las ecuaciones simultáneas que había estado practicando esa semana. Una vez que tuvo claro lo que debía hacer, se puso a trabajar en su última tarea.
Treinta minutos después volvió, con aspecto confundido y decepcionado: “Papá, solo acerté el 60%, ¿qué salió mal?”. Le dije: “No te preocupes, vamos a repasarlo juntos”. Observa: las preguntas que respondió mal no le dieron permiso para abandonar por completo las “ecuaciones simultáneas”. Las fórmulas y el proceso que le enseñó su maestro no eran incorrectos. Las ecuaciones simultáneas han sido probadas durante siglos, ¿verdad? Sin duda, el error estaba en su aplicación. Esto era irrefutable porque estaba trabajando con un concepto matemático probado. Al revisar las respuestas incorrectas, descubrimos que los errores los había cometido mi hijo.
En ese momento, mi conciencia cambió y me dije: “Michael, aquí hay una lección poderosa que aprender”. Al igual que tu hijo, tú también has estado estudiando un principio, una Ley de la Conciencia, y al igual que las ecuaciones simultáneas, también es un principio que ha sido probado y comprobado durante miles de años. Es seguro decir que tienes una comprensión completa de cómo funciona. También has tenido varios éxitos en el pasado, así que, si hay un “fracaso” en tus recientes esfuerzos por adquirir tu coche soñado (si así quieres llamarlo), entonces, al igual que en el caso de la tarea de tu hijo, el error debe estar en la aplicación del estudiante, no en el principio.
Ahora bien, otra observación: inmediatamente después de que mi hijo se dio cuenta de que había obtenido respuestas incorrectas, quiso repasar las preguntas y volver a intentarlo. Nunca dudó del principio; en ningún momento consideró abandonar las ecuaciones simultáneas porque “simplemente no funcionan”. Creyendo plenamente en este concepto matemático, comprendió que el error debía estar en él mismo y que, si lo intentaba de nuevo, eventualmente lo haría bien. Así que pensé: yo debería adoptar la misma actitud.
A menudo, cuando los principiantes en la Ley de la Asunción intentan manifestar algo y no funciona a la primera, su reacción automática es cuestionar si el principio en sí tiene alguna credibilidad. Y como estos conceptos son abstractos y no tienen base en la razón y la lógica, es muy fácil para el pensador racional abandonarlos como una locura.
Si recientemente has tenido un contratiempo en tus esfuerzos por manifestar un deseo, primero hazte esta pregunta importante: “¿Realmente creo que la imaginación crea la realidad?”. Si tu respuesta es sí, si realmente crees en este principio fundamental, entonces comienza una introspección adecuada. Una reflexión honesta sobre tus esfuerzos recientes probablemente revelará un error en tu aplicación. Una vez hecho esto, no te detengas en ello: simplemente vuelve y continúa imaginando tu deseo cumplido.
Y eso fue precisamente lo que hice en mi propio escenario del coche soñado. A pesar del aparente contratiempo, me recuperé y seguí imaginando que era mío. No sorprendentemente, cuatro meses después finalmente se manifestó, pero lo mejor es que llegó de la forma más serendípica. No fue financiado, sino que llegó a mí por una vía que ni siquiera yo podría haber ideado lógicamente. Y tal como dijo Neville en la cita anterior, me di cuenta de que la decepción inicial cuando la compañía financiera canceló mi oferta fue en realidad una bendición disfrazada.
ERROR EN EL PENSAMIENTO RACIONAL
Muchos que son nuevos en estos conceptos espirituales, en el momento en que encuentran obstáculos y contratiempos, se apresuran a descartar la credibilidad de esta Ley. Esto es especialmente cierto si las cosas no siguen una secuencia lógica. “Sabía que era demasiado bueno para ser verdad”, lamentan. Desafortunadamente, abandonan los procesos y regresan a la mentalidad orientada al ego, que, créanlo o no, fue la que creó sus problemas en primer lugar.
La educación occidental nos ha condicionado a ser pensadores lineales; obtenemos una comprensión general de algo examinándolo parte por parte. La imaginación, el sentimiento y la intuición son en gran parte ignorados. El método lineal de pensamiento, aunque eficaz en campos como la medicina occidental, la ciencia y la ingeniería, ciertamente no es el único ni el mejor enfoque para una persona que intenta mejorar su vida.
Si bien una mentalidad racional puede darte algunas cosas, ¡la imaginación puede darte todo! Y si tu deseo es liberar este potencial ilimitado, no puedes rendir tu poder divino a los pensamientos racionales.
“El hecho de que no te resulte natural ser lo que imaginas que eres, es el secreto de tu fracaso.”
— Neville Goddard
A menudo, cuando pensamos que hemos fracasado, nuestra confianza se ve afectada y, como dije antes, sentimos ganas de dar marcha atrás y abandonar el esfuerzo de manifestar esa gran meta. Pero, ¿qué hace realmente esto? Si te alejas del único y verdadero poder creativo del universo, dañarás tu autoestima y tu confianza, y también socavarás tu fe. Cada vez que te apartas de tu imaginación y tratas de resolver tus problemas por otros medios, en efecto, estás recurriendo a un “falso dios” y negando tu divinidad inherente.
Además, cuanto más tiempo permanezcas en el estado no deseado, comenzarás a sentirte frustrado, desanimado e incluso enfadado contigo mismo, a medida que regrese la sensación de impotencia. Quiero recordarte que la forma en que se exprese tu deseo no está determinada por tu yo egoico. Tal como ocurrió en mi situación con el coche, mi imaginación ya había definido una manera de conseguirlo.
Conclusión
Cada deseo que puedas imaginar puede ser tuyo, sin importar cuánto hayas vacilado o dudado; el ser interior siempre está ahí, listo para poner su plan en marcha al primer signo de tu fe. Puedes aprovechar esto simplemente aceptándolo en lugar de luchar contra él. Alimenta cada deseo manteniendo esa visión interna con fe y paciencia, pero nunca intentes microgestionar cada detalle en el camino. Incluso en los momentos de “decepción” puedes obtener valiosas lecciones, porque a menudo es justo después de estos eventos de prueba y contratiempos cuando llega el gran avance.
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I write and share about the Law of Assumption, especially the teachings of Neville Goddard. Through my Spanish blog, I help people understand how imagination creates reality. As a Law of Assumption influencer, I make these powerful ideas easy to apply so anyone can change their life by changing their thoughts and beliefs.
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