Verdadero Poder de las Creencias Parte 2

(Segunda parte de una serie)

“Si los hombres definen las situaciones como reales, son reales en sus consecuencias”.
– El teorema de Thomas por W.S. y D.I. Thomas

En nuestra última sección, hablamos sobre la importancia de las creencias y cómo tu sistema de creencias puede marcar la diferencia entre manifestar y disfrutar de cosas nuevas, y quedar atrapado en una pequeña caja de creencias limitantes.

El Poder de las creencias
Las creencias son clave para manifestar.

En la discusión de hoy, revelaré cómo puedes protegerte de las creencias negativas de otras personas sobre lo que puedes y no puedes lograr en esta vida.

¿Las creencias de otras personas nos afectan?
En la última década, hemos sido testigos de la celebración del “yo”, donde se alienta a las personas a buscar su verdadera felicidad y hacer todo lo posible para lograr sus sueños. De hecho, videntes y profetas como Neville Goddard han enseñado esto desde hace siglos. En esta era de Acuario, la humanidad ha comenzado a despertar colectivamente.

Si bien es algo positivo alentar a las personas a alcanzar activamente sus objetivos en la vida, no debemos olvidar que existen muchos factores externos que, si se permiten, pueden afectar nuestros éxitos y pérdidas.

Recuerda que eres el Dios de tu experiencia y eres quien le da poder a estas cosas externas.

Uno de estos factores externos son las creencias de otras personas. Es difícil imaginar cómo las creencias de otras personas pueden, si se permiten, tener un efecto en cómo logramos cosas en la vida.

Puede tener un impacto palpable y cuando las creencias de otras personas se aplican activamente en tu vida (es decir, estás expuesto a tales creencias regularmente), es posible que te encuentres en una lucha constante contra seguir tu nueva mentalidad despertada y escuchar “creencias fantasma” negativas que realmente no eran tuyas en un principio.

La Famosa “Prueba en el Aula”

En la década de 1960, Robert Rosenthal (profesor y psicólogo de la UC) habló sobre un famoso experimento de “prueba en el aula” que tuvo lugar en San Francisco.

La “prueba en el aula” se realizó no para medir la inteligencia o capacidad de los estudiantes, sino para ver cómo las expectativas de los maestros influían en el rendimiento de los estudiantes.

El experimento fue lo suficientemente simple: los maestros fueron llevados a creer que se esperaba que un grupo selecto de estudiantes se destacara en la prueba y en el rendimiento académico ese año. A estos estudiantes se les llevó a salas de prueba especiales y se les administró el examen. La prueba que se les administró fue la “Prueba Flanagan de Habilidad General“.

Para aumentar el impacto de la prueba, se le cambió el nombre a “Prueba de Inflexión de Adquisición de Harvard” durante el experimento. Esta prueba era una prueba de inteligencia general en la década de 1960 diseñada para estudiantes de escuela primaria y secundaria.

Después de que se administró la prueba, los maestros informaron que los estudiantes que tomaron la prueba tenían un rendimiento positivo a un nivel mucho más alto que otros que no fueron designados como “estudiantes destacados”.

La curiosidad e interés académico del grupo selecto de estudiantes también aumentaron después de que se realizó el experimento. Se observó lo contrario en otros estudiantes: no participaron tanto en clase y mostraron menos interés en destacar académicamente.

¿Qué acabamos de presenciar?

El experimento de la “prueba en el aula” es un ejemplo clásico de cómo las creencias de las personas pueden tener un impacto enorme, casi mágico, en nuestras acciones como individuos.

Los estudiantes en el experimento fueron elegidos al azar, sin ninguna referencia previa. Solo los maestros sabían que se esperaba que los estudiantes se destacaran académicamente e incluso entonces, ¡no sabían que los estudiantes habían sido seleccionados al azar!

El factor determinante fue cómo los maestros trataron a los estudiantes del grupo especial. Debido a que se les informó a los maestros que se esperaba que el grupo de estudiantes se destacara académicamente, sus expectativas y comportamiento hacia estos estudiantes cambiaron.

Los estudiantes percibieron el cambio repentino en la actitud de sus maestros hacia ellos y, subconscientemente, recibieron un impulso positivo en la dirección correcta. Esto demuestra que incluso un breve período de refuerzo positivo puede hacer maravillas para “personas comunes” como tú y yo.

¿Cómo podemos usar las creencias de otras personas en nuestro beneficio?

El experimento de la “prueba en el aula” también demostró que si imaginamos que las cosas son verdaderas, entonces el resultado estaría alineado con nuestras creencias.

El hombre debe aprender a creer en lo que no ve en este momento, para otorgarse a sí mismo lo que desea tener. Las oraciones del hombre siempre son respondidas, porque siempre recibe lo que cree. La ley que gobierna la oración es impersonal. Neville Goddard.

Sin embargo, esta realidad es un arma de doble filo: si estás rodeado de negatividad, entonces la negatividad puede, si se permite, contagiarse. Las creencias negativas sobre lo que puedes y no puedes lograr pueden convertirse en parte de tu sistema de creencias.

Por eso es importante que adoptes el rechazar conscientemente las creencias negativas en el momento en que te encuentres con ellas, para que no arraiguen en tu mente subconsciente. Como enseñó Neville Goddard, siempre debes podar tu vid, o tus pensamientos.

La función de la mente subconsciente es absorber y reforzar las creencias que la mente consciente permite entrar. Por lo tanto, debes proteger tu propio sistema de creencias subconscientes para que no se vea contaminado por las creencias y actitudes falsas de otras personas.

Sé vigilante y protege tus nuevas creencias; de hecho, iría tan lejos como para decir que te abstengas de discutir con otros este nuevo sistema de creencias hasta que arraiguen y se conviertan en tu naturaleza.